No necesito una excusa para visitar la laguna de Fuente de Piedra porque es uno de mis lugares favoritos, sobre todo una mañana de primavera o verano. Lo prefiero antes de que las masas llegan, cuando tengo el lugar sólo para mi, sin los ruidos externos de la voz humana, con los cantos de las aves, los pitidos de las limicolas y agudos reclamos de las pagazas, con un fondo continuo de flamencos ruidosos.Esta vez, estuve en compañía con Dave y Kath Sowter (él secretario del Sea Bird Group, del cual yo estuve uno de los primeros socios hace más años que quiero pensar) y sus amigos Dave y Anne de Nerja. En principio, la mañana prometió poco, gris y con una visibilidad algo menos que perfecto, pero el sol quemó la nieblina y nubes y la mañana salío esplendida, una mañana perfecta de primavera. Y las aves ayudaron mucho en eso también.
Esta no es una lista de aves observadas, sólo una indicación, algo para estimular el apetito para los que no hayan visitado Fuente de Piedra. Pero hazlo temprano por la mañana, sobre todo a partir de mayo cuando el calor no ayuda nada con la observación. Y mejor por la mañana, temprano, antes de la gente, los autocares con niños y excursionistas.
Las últimas mejorarias han valido la pena con la inundación de zonas para limicolas que las trae creca, en vez de estar a cientos de metros de distancia. Pero en principio no eran las limicolas que nos atraeron, pero las Lavandera Boyeras, tres razas (he hablado sobre esto antes, creo), todas diferentes pero con un factor común -el pecho y cuerpo inferior de un amarillo tan intenso que parece mentira-, preciosas. En las aguas pocas profundas una cantidad de Correlimos Menudos, más de 100 y quizás el doble, Avocetas y su parientes Cigueñüelas compitiendo entre sí por el campeonata de gritos, unos pocos Combatientes, todos machos salvo uno, y su cabeza parece demasiada pequeña por un cuerpo tan grande. Unos Archibebes Comunes también añadieron sus reclamos, mientras las Agujas Colinegras estaban más interesados en alimentarse lo más rápido posible. Y encima de nosotros el grito de las primeras Pagazas Piconegras, un charrán tan elegante que cría allí en el lago y que encuentra su alimentación en los olivares.Por supuesto habian Flamencos Comunes, y en cantidades industriales, no sé cuantos miles debe haber en la laguna, y entre ellos 6 Flamencos Enanos y mis compañeros estaban muy sorprendidos con lo fácil que es identificarlos.
Es un lugar privilegiada, un trocito del cielo en esta tierra tan maltrecha.
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