He estado observando las aves durante casi 6 décadas. Aquí algo sobre aves, las personas, los lugares y aves marinas, más cualquier otro pensamiento de poco profundidad .....

sábado, 16 de febrero de 2008

VARANGERFJORD. Mayo-Junio 2007

Esta es la historia de un viaje que hice a Varangerfjord, Noruega, una de las mecas para el ornitólogo, un viaje que iba hacer en el año 1967 pero no he podido realizar este fantástico viaje hasta el 2007 ¡sólo 40 años más tarde! Unos de vosotros que leen estas crónicas tendrán la fuerte sensación de haber visto el titulo y leído mucho del contenido antes ¡y con razón! porque esta es una versión algo editada de las cinco cartas y una nota 'addenda' que envié al 'Forogiam' y 'naturAND' entre el 28 de mayo y 3 de junio de 2007 bajo el mismo titulo: "Crónicas de 70ºN". Las fotos son mías.

Andy Paterson
Torremolinos, febrero 2008

Iglesia de Nesseby

Día 1: 28 mayo
Bueno, aquí estoy en el Norte en la costa norte de Varangerfjord y congelado con una máxima que no supera los 5ºC, aunque sí habido sol y también una lluvia congelante. Así, me instalé en el hotel en la isla de Vadsoya, y unida al pueblo de Vadso por un puente –llamarle ‘ciudad’ al pueblo seria pretenciosa porque sólo tiene una población de 5.000 y pico ciudadanos-. Desde mi habitación del hotel que mira a la lengua de agua que separa la isla y el pueblo, oigo –y también veo a algunos de sus dueños- una multitud de voces: los pitos agudos de Archibebes Comunes y Ostreros, un Correlimos Menudo pequeño corre entre los otros, un Chorlitejo Gande en el aparcamiento examina los coches, y un fondo de suspiros amorosos de las parejas los Eider Común, suspiros susurrados uuu-uuuu, largos y ondulante, como las viejas del pueblo contándose los chismorreos más escandalosos. Y como hay luz las 24 horas del día –un sol radiante a las 24h del reloj fastidia bien el biorritmo-, los oigo a todas horas, cuando me dispongo a dormir, y luego como despertador. Un bando de c.30 Serretas Grandes para en su camino durante unos minutos antes de continuar.

En Nesseby, Negrones Especulados, machos, un Tarro Blanco, más limícolas, los dos primeros Falaropos Picofinos en este lugar tradicional de cría, y en un río cercano, una pareja de Haveldas, los pequeños Menudos y De Temminck evitan mucho contacto con los agresivos Achibebes Comunes.

He visto sólo tres págalos, pero dos de ellos eran los
muy apreciados Raberos, elegantes como siempre, y el tercero un adulto de fase clara de Parásito. Gaviotas por todas partes, Canas (casi no ví ninguna inmadura en todo el tiempo), los enormes Gaviones Atlánticos, Argénteas (increible lo poco de negro que tienen en las alas algunas de estas de la raza argentatus), algunas Tridáctilas, y empiezo la búsqueda para una Gaviota de Heuglin, pero sólo encuentro Sombrías. Y siempre hay los Charranes Árticos, grupos volando de un lado u otro, y otros, obviamente recién llegados, durmiendo entre las rocas en los rayos del sol poco caliente. Y en la bahía, unos Serretas Grandes, la gran mayoría machos, nadan, y más alejado en el fiordo hay una pareja de Araos Aliblancos, ellos muy guapos en su traje nupcial, y otra pareja de Serreta Mediana.

De paseriformes, pocas noticias. Los Zorzales Reales reemplazan nuestros Mirlos, un Zorzal Alirrojo canta muy fuerte y me llega desde casi 750m contra el viento. Me sorprende la cantidad de Mosquiteros Comunes cantando, y va seguir haciéndolo durante los días venideros. Y 2 atrevidas Golondrinas Comunes vuelan en el sol alrededor de la biblioteca del pueblo, éste un edificio moderno, simple y atractivo, con un surtido amplio de libros porque las noches de invierno son largas y uno no puede pasar toda la noche large en la cama ¿o no?

Y mañana en busca del Colimbo de Adams en plumaje nupcial-.

Día 2: 29 de mayo
¡Qué mal he dormido! Esta de la luz eterna las 24 horas –no sé como podría sobrevivir sin efectos adversos un sol radiante a las 01h- produce sensaciones raras en mi cuerpo, y desde luego una desorientación brutal porque el sol brilla desde el N-E-S y W sin parar, mi brújula interna está perdida y no sabe a donde va su dueño.

Pero cómo ayuda un buen desayuno, ¡y cómo saben desayunar los Noruegos! Así, con un buen desayuno noruego dentro, bien abrigado contra el viento fresco, con un brillo en los lentes de los prismáticos y telescopio, salgo a encararme al día y a la carretera al NE hacía Hamningberg, donde espero ver un Colimbo de Adams en plumaje nupcial, el objetivo número uno para hoy. Tengo programado irme allí por lo menos dos veces, según va la suerte, y hoy tomaré las cosas sin prisas, y con muchas paradas para mirar porque hay tantas aves que uno no sabe a dónde mirar.

Como dije, era un paseo lento, básicamente porque habían bandada tras bandada de patos en la mar y las orillas, bandos de varias decenas y cientos de Serretas Grandes y Haveldas, las dos especies en plumaje nupcial, que en el vistoso caso de las Haveldas casi nunca había visto antes. Era obvio que había tenido la gran suerte tropezar con su principal migración, porque más tarde durante la semana, en los dos últimos días, su número global se había reducido por 90% (estimación muy groso modo). Pero mientras estos patos estaban por todas partes, no podrías decir lo mismo de los Eideres Real y De Steller, aunque el Común era verdaderamente común, y no era antes de Svartnes (frente a la isla de Vadso) cuando encontré 3 hembras de Steller en el puerto.

Antes en el camino, había visto mi primer Pigargo –y diabolos, sabemos que una Aguila Imperial es grande, pero estos son ¡enormes!- el primer bimbo del viaje. Y casi enseguida otra rapaz, un Ratonero Calzado sentado encima de un pequeño acantilado. Ese no era un bimbo, pero había visto sólo uno antes, alrededor de 1959 en la costa oriental de Inglaterra, pero hace tanto tiempo que casi se puede considerar como uno ¿no? Y enseguida otro Pigargo.

Pero más sorprendente para mí era la cantidad de Collalbas Grises, 1 ó 2 cada km, y en cualquier grupito de sauces había un Mosquitero Musical cantando, y todavía una buena parte del terreno cubierto con la nieve. Me impresionó bastante pensar en la grandeza de la migración, y de los pequeños seres que nos apasionan, y que teóricamente los mismos Mosquiteros Musicales quizás habían estado cantando en mi jardín en Torremolinos o que había visto uno de esos Collalbas en el Guadalhorce.

Pero sí el puerto de Svartnes produjo las tres hembras de Steller, también alli vi el primer Gavión Hiperbóreo, un ave en muda entre 1er invierno y 1er verano, un estado de mezcla de plumaje que no creo acordar había visto antes, y luego todos los otros observados estaban en el mismo estado de muda.

Hamningberg

Por fin llegue a Hamningberg después cubrir unos 100km
en más de 4 horas, como dije, sin prisas y con mucho disfrute. Como la pareja de Falaropos Picofinos girando frenéticamente en un charco todavía medio congelado. Aparco el coche en este pueblito de nada a final del mundo, y veo una figura con trípode y telescopio en el punto de observación. ¡Otro pajarero! Y hay sólo una razón que hay una persona así equipado se pone allí …. otro en busca de un Colimbo de Adams. Nos saludamos. El es un finlandés en su trigésima visita. Treinta – tres cero- años, cada año para ver Colimbos de Adams (imaginaos: ¡su record era 17 en un día!), y Págalos Raberos y Pomarinos. Sí, había visto dos de Adams esa misma mañana, un adulto en plumaje nupcial y un inmaduro, ave de 1er verano (o 2CY, según gusto). Miro a la mar, muchas alcas, sobre todo grupitos mixtos con Alcas Comunes, Araos Comunes y Aliblancos, Frailecillos. Y posiblemente 1 ó 2 Araos de Brünnich durante las tres horas allí.

Busco más, frío a pesar del sol y estar bien abrigado, el ligero viento debajo un sol brillante en un celo tremendamente azul me corta. Tres Alcatraces no nos interesan mucho. Encuentro un Fulmar, no un LL completamente blanco debajo, pero tampoco uno oscuro o ‘azul’, probablemente un L, y el finlandés está contento. Pasa un grupito de 5 Eideres Reales, 4 hembras y un macho –otro bimbo pero me hubiera gustado observarlos a placer-. Tres Págalos Parásitos, 2 de fase oscura y el tercero de fase clara en un plumaje nupcial guapisimo.

Y por fin. “Mira –dice el finlandés-, y miro. El inmaduro De Adams, con el telescopio al máximo. ¡Nada mal! Y luego, cuando casi estuve desesperado, el adulto en plumaje nupcial, buceando largo, pero lo veo bastante bien, suficiente por estar satisfecho con el plumaje llamativo y coronado por ese enorme pico de color marfil amarillento.

Es tiempo a volver, igualmente despacio. Encuentro 7 Aviones Zapadores –¿qué hacen ellos tanto al N? Hay sorpresas todo el tiempo. Otro Eider Real, un macho inmaduro, distante, en el puerto de Vardo. Una pareja de Ansares Comunes se levantan en vuelo de un charco medio helado cuando paso en el coche, y al lado de uno de los muchos riachuelos con agua del deshielo una pareja de Combatientes, el esplendido en su plumaje nupcial, en este caso de marrón-rojizo, pero la hembra está mucho más interesada en comer. ¡Por lo menos no tiene un dolor de la cabeza!
Han pasado casi 12 horas y estoy cansado. Toma la cena, seguida por un paseo de media hora por la isla. Tiene su propia reserva en la parte oriental, completo con una laguna suficiente grande a albergar hasta 20 Porrones Moñudos en los días venideros, también una pareja de Anade Silbón en paso, y hasta 7 Falaropos Picofinos, ellos muy intentos en sus luchas territoriales. Hay varios Chorlitos Dorados, todos en plumaje nupcial, con sus reclamos finos, tristes, siempre invitándome a dejarlos en paz cuando entro en sus terrenos, mezclándose con la canción de otro Mosquitero Musical. Un paseo breve e interesante, pero no era hasta la última mañana que había lo mejor.

Día 3: 30 de mayo
Una mañana soleada pero bastante traidora porque la temperatura está a no más de 5º ó 6ºC. Después de la obligatoria parada en Ekkeroy, llego bien al lugar donde se cree que los Gerifaltes están criando en el valle del Río Tana. Hay dudas si están con huevos o si han desertado del nido, o –mucho peor- que algún impresentable los haya robado, porque el nido está muy bajo, a menos de 20 m de altura en el acantilado (según me contó el finlandés de ayer).

El acantilado es impresionante, y mi primera impresión es que nadie en su sano juicio va a intentar robar el nido, porque la roca me parece muy inestable. Pero el nido tiene el aspecto de estar desierto y sin actividad. No hay Gerifalte a la vista, pero sí una pareja de Ratoneros Calzados –los dos bastante pálidos y muy atractivos- que pasan su tiempo intentando cazar a las Gaviotas Argénteas. Su técnica me parece muy bien, uno arriba para espantar las gaviotas –nunca falla- y el otro abajo para coger una, pero sus ataques fallan cada vez a pesar de las acrobacias espectaculares. Gritan mucho, me gustaría decir con rabia pero el término me parece demasiado humano.

Me quedo allí casi 2 horas y llegué a ver un macho de Gerifalte muy alto, y no era una observación brillante pero no dejo dudas sobre su identificación y de ser un bimbazo. Justo cuando estuve a punto de marcharme, llegó un grupo de jóvenes ornitólogos. Hablamos. Ellos son de Budapest, e intercambiamos información –todos intercambian información allí y la única barrera es el idioma- y voy un poco más al N, sin ver mucho salvo una pareja de Raberos y otra de Parásitos, y unas limícolas. Vemos una Lechuza Campestre cruzando el río, y en una isla grande con muchos sauces uno de los húngaros encuentra un Lagópodo sentado en la copa, una copa a tan sólo 1'80 m del suelo. Su cabeza de castaño oscuro contrasta bien con el cuerpo todavía blanco. No era un bimbo, había visto algunos en 1964, pero es bonito renovar las cosas.

Pero poco después, la tristeza de la tarde cuando un pequeño pájaro colisiona con el coche, no tuve tiempo a frenar, y paro y recojo el triste cuerpo de un Bisbita Arbóreo.

Y con la tarde amenazando lluvia, vuelvo hacia Tana Bru y Varangerbotn, lugar el segundo donde encuentro un bar que hace un café casi aceptable, 'waffles' con nata y mermelada de 'cloudberry', frutas de la tundra que se recogen en otoño, con un sabor que me encanta. En los dias venideros, paro allí a la ida y la vuelta para café y 'waffles' con nata y mermelada de cloudberry. ¡Lo recomiendo!

Justo antes de llegar a Ekkeroy, veo otra Lechuza Campestre que debería haber cruzado el fiordo. Cae una lluvia fina, y hay un noruego y un grupo de finlandeses. El cielo está de gris plomizo, el agua del fiordo oscuro con olitas blancas por el viento. Límícolas por un tubo, por todas partes, Correlimos Menudos y De Temminck en plumaje nupcial, me encanta el plumaje tan limpio de los menudos. Una pareja histérica de Ostreros, no sobresalen estos por su inteligencia pero la suplen con ruido, un poco como las Cigüeñuelas. El premio a la estúpidez lo ha ganado una hembra que ha puesto su nido en un poco de gravilla en una parada de autobús, justo debajo de la barrera.
La marea está baja y mientras el noruego mira patos, yo hago lo mismo con las limícolas. El gana con un grupito de 4 Eideres de Steller, tres de ellos machos muy guapos en su plumaje nupcial -los únicos que veo en todo el viaje-. Voy pateando la isla: los Falaropos Picofinos en el charco. Levanto un macho de Mirlo Capiblanco y luego un macho inmaduro de Lavandera Boyera –parece extraño ver una tan lejos del Guadalhorce- pero no me atrevo a decir de qué subespecie.

Cuando llego al hotel el viento está ya a fuerza 5-6, la temperatura está 3º-4º y lluvia con más fuerza. Mañana quiero irme más allá de hoy, por la carretera a Berlevag, y buscar más Págalos Raberos. Salir más no invita nada, pero la cama sí.

Día 4: 31 de mayo
Me despierto muy temprano, sobre las 03 h, en parte por la luz pero también por el terrible ruido del viento y la lluvia. El tiempo está tan mal que giro y duermo más, me parece lo más sensato. Me despierto de nuevo sobre las 06h y sigue el viento, pero sin la lluvia aunque las nubes grises se suceden unas tras otras a un ritmo vertiginoso. Me levanto y decido que sí, voy al río Tana de nuevo y ver si hay una posibilidad de observar mejor un gerifalte, y luego, si el tiempo lo permite, ir por la carretera a Berlevag donde hay la gran posibilidad de ver más págalos raberos, otro de mis objetivos primordiales.

Toma dos manos a conducir el coche, y paso la zona del Gerifalte casi sin parar. El viento daba contra el coche con más fuerza, la temperatura caía a sólo 3 ºC y seguía bajando. La lluvia cambio a agua-nieve y la temperatura bajo a cero, luego a -2 ºC y llegó la nieve que me pasaba horizontalmente mientras subía las tierra, momento cuando dije ‘basta’ y volví. No voy a decir que soy cobarde, pero es un hecho comprobado que nosotros vivimos más tiempo, y ¿qué haría mi cocker spaniel sin mí?

Así que volví, primero a Varangerbotn donde tomé un café y un 'waffle' con mermelada de 'cloudberries' y nata, sentí que lo había ganado esta mañana. Pienso parar en Ekkeroy pero el viento está peor todavía y levanta la superficie de la mar, media hectárea o más a la vez, con agua y espuma hasta 30-40m de altura. Estimo una fuerza de viento de 8 con rachas de 9. Luego la radio dice que ha sido la peor tormenta desde hace
por lo menos 25 años.

Aparte de un pigargo 2CY y algunos Zorzales Reales, no había casi nada, pero estar fuera era una tontería, y pasé la tarde charlando con un ornitólogo inglés que había llegado. Cenamos juntos a la hora bestial de las 19 h, y mientras cenamos veo por la ventana un bando de falaropos en la mar frente al hotel, y otro de Serretas Grandes. Cojo mis prismáticos –casi duermo con ellos esta semana- y empezamos a contar los falaropos, 79 u 80, porque nunca paran de moverse. Y son los diabólos a fotografiar. Recién llegados sin duda. Y luego cuando paseamos un poco por la reserva, hay 5 más. Un buen total, creo yo.

Día 5 : 1 de junio
Después del día de ayer con el tiempo imposible, la mañana ha amanecido ¡qué digo! me levanté y encontré una mañana bastante aceptable, con algo de viento, eso sí , pero con el cielo bastante azul. Me puse en camino antes de las 08:00 h por Hamningberg.

No voy a contar toda la lista de observaciones pero ha sido uno de esos días tan raros cuando las aves casi hacen cola para verlas, y la mayoría de ellas entre Svartnes y el mismo Hamningberg.

La primera sorpresa fue la llegada de Escribanos Lapones y vi 3 ó 4 en los primeros 30 km, más un Pardillo Piquigualdo. La segunda sorpresa fue escuchar los reclamos de unos cisnes cuando paré a observar una pareja de Falaropos Picofinos, y mientras los observaba, los cisnes aparecieron volando bajo y ‘hablando’ entre ellos, un sonido fantástico, 4 preciosos Trompeteros. Imaginaos estar allí hace 500 años, y viendo bandos de estos apareciendo una tarde gris con una nieblina otoñal y una luz tenue y hablando -trompetando- entre sí. ¿Quién no va a creer en los dioses nórdicos?

Y pocos minutos después, en un charco casi al lado de la carretera, un Colimbo Chico en plumaje nupcial, junto con una pareja de Haveldas, mientras encima otro Escribano Lapón canta y cae en vuelo de paracaídas, aleteando, al suelo donde lo pierdo.

Pero era en la zona de Hamningberg que vi mucho, pasando por la zona de sauces que me prometí investigar a la vuelta porque estuve casi seguro que una pareja de Pardillos de Hornemann (por el blanco inferior del cuerpo y la cola de fringílido) habían sobrevolado el coche. Primero, me fui por un sendero de c.750 m a la izquierda que lleva a la orilla al N de Hamningberg. Allí me encontré con el fotógrafo del otro día que había conocido en Nesseby. Mientras hablábamos un 1S de Gavión Hiperbóreo se quedo tranquilito en la playa a pocos metros y con un aspecto de encontrarse bastante chungo. Más sorpresa todavía cuando un macho de Gerifalte se levantó desde entre las algas, y esta vez sí pude ver uno bien. Luego seguí a la zona de observación para aves marinas, y otra sorpresa, y me encontré con los húngaros de nuevo. Ellos no habían visto un Colimbo de Adams todavía y yo tenía muchas ganas de ver otro, y por preferencia en plumaje nupcial. Miramos, esperamos, pero nada. Otro Colimbo Chico, esta vez volando, muchas alcidos en la mar y volando –todas salvo el Mergulo Marino-, Argénteas, Canas, pero ningún Colimbo de Adams. Y de pronto allí está. Un adulto, en plumaje nupcial, relativamente cerca – c.250 m- pero buceando mucho y también hay oleaje. Tomo tiempo, no sé cuanto, pero lo vi bien, y ellos también. Unas palabras rápido en húngaro, pero no es un idioma con lo cual puedo reclamar familiaridad en absoluto –Magyar Post es mi límite-, hasta uno de los chicos traduce. Escribano Nival, macho, y estamos como un bando de pingüinos saltadores de rocas (Rockhoppers) tras ello.

Pero el tiempo va y quiero investigar los sauces, algo que hice con éxito porque cayó otro bimbo, un machito precioso, muy chulo, y a menos de 4m, de Pardillo de Hornemann (suena como un té del mismo nombre), con una hembra un poco menos confiado. Así, curiosidad satisfecho, emprendo un viaje lento de vuelta, parando Por la enesíma vez, y esta vez por un Bisbita Gorgirrojo, otra vendrá luego. Un pareja de Págalos Parásitos aterrizan en las rocas entre carretera y fiordo y me permiten observarlos bien pero no el lujo de una foto. Casi inmediatamente veo un bulto enorme sentado encima de una roca, casi uno con la piedra pero de un color y forma diferente. Freno, paro y el bulto vuela, otro Pigargo y lentamente se sube y se une con otro que sale del acantilado.

Lentamente bajo a Svartnes y tomo el túnel (3 km debajo del mar y muy mal iluminado) que une la isla de Vardoya (-oya = isla) donde se encuentra el pueblo de Vardo con la tierra firme, porque los húngaros me han comentado que hay un adulto de Arao de Brünnich en el puerto que se deja ver muy bien. Tomar el barco a la isla donde se los puede ver es un robo, te deja allí tres horas y puedes ver todo en 30 minutos (y esto según el fotógrafo noruego). Así, voy al puerto, observo bien al arao (muy bonito, más negro, más fino y con el pico más corto a él del Arao Común), y salgo de nuevo.

Paro en el puerto de Kiberg que tiene una factoría que proceso el pescado y me han dicho que es un buen lugar a ver el Gavión Hiperbóreo y también la Gaviota Polar. ¡Y la información no falla!

Primero un Hiperbóreo en muda entre 1er invierno con aspecto un tanto raro. Luego una Gaviota Polar en plumaje de 1er año, limpia, muy confiada hasta salgo del coche y tiene un pequeño infarcto.

Por la tarde a la vuelta, leo los correos de los lectores con sus
comentarios. Paco Chiclana hace el comentario que los bandos pasan muy rápidamente en migración, y desde luego tiene razón. Llegan, descansan, comen y se van. Los cientos y miles de Haveldas y Serretas Grandes del lunes y martes se han quedado en ninguna Havelda hoy y pocas Serretas en comparación. También las limícolas han sufrido un descenso numérico notable, aunque en cambio han llegado Bisbita Gorgirrojo, Escribano Lapón y Escribano Nival. No sólo fui yo quien no los había visto antes de hoy, si no nadie, porque todos nos preguntabamos.

Día 6 : 2 de junio
Y juntos con los otros, en camino para Berlevag, y las tierras altas donde espero ver Raberos bien y en cantidad. Yo no me encontré defraudado en absoluto. No sé cuántos Raberos vimos -¿una larga docena quizás?- y disfrutamos del espectáculo de 2 de ellos cazando y devorando un lemming, aunque debo decir que en toda probabilidad el lemming no disfrutó demasiado. Y en la misa zona, los Lagopodos Escandinavos, incluso una riña entre dos machos, los dos muy vistosos con las notables protuberancias rojas en sus cabezas, las cabezas y cuellos de castaño oscuro y sus cuerpos blancos. En la misma zona también encontramos escribanos Lapón y Nival.


Pero creo que lo mejor ocurrió justo de tomar la carretera a Berlevag, dejando la a Batsfjord a la derecha, cuando paramos porque hay 2 Raberos sentados en la tundra escasamente 10m entre ellos, y un Lagópodo entre ellos y preguntándose qué hacía allí. José cogió su cámara –una máquina con una lente enorme- y yo con mi Olympus enana y lo sigo. Paso a paso, 10m más cerca, y 5 más, y 5 más. El Rabero más cercano se levanta, tomo otra foto y la tundra se va debajo de mi pie, mi rodilla derecha se tuerce yo voy al suelo y bastante mojado, pero la foto –la que se ve aquí- vale la pena creo yo. Y qué vistas del págalo.

Seguimos, con múltiples paradas. El espectáculo de un macho de Combatiente en una laguna congelada y picoteando a la superficie, sin lugar a dudas preguntándose qué diáblos hacia allí. Vemos 7 Colimbos Chicos y 1 ártico en un fiordo, junto con decenas y decenas de Araos Aliblancos, algunas Serretas Grandes. En otra parada, un macho de Pechiazul de medalla roja canta desde lo alto de un sauce. Observamos muchas gaviotas, siempre buscando Hiperbóreos o Polares, e incluso encontramos lo que yo creo sea un híbrido de Hiperbóreo y Argéntea que todavía queda por examinar con las fotos de José, igual de las suyas de posibles Gaviotas de Heuglin en Berlevag, donde nos sorprende 3 Barnaclas Cariblancas, mientras el puerto está lleno de Eideres Comunes.

Y con esas Cariblancas, dejé a los cuatro para volver a Vadso, donde llegué sobre las 19:30 h, totalmente cansado pero muy contento. Pero todavía no he terminado. Después de cenar, me di una vuelta por la reserva en la isla y me encuentro cara a cara –literalmente- con otro macho de Pardillo de Hornemann, incluso más visoso que mi primero de ayer.

Addendum: 3 de junio
Es mi última mañana y tengo unas pocas horas antes de salir el avión para Alta y Oslo. Doy una vuelta, una forma de decir adios, porque no sé si voy a poder volver algún día, aunque me gustaría mucho hacerlo. Primero a Nesseby donde veo un Lúgano, el primero de la semana, luego a Ekkeroy. Por último una vuelta de la reserva en Vadsoya donde me esperan unas sopresas por la llegada de unos paseriformes, todos nuevos para la semana. Primero un macho de Verderón, luego 2 machos de Escribano Palustre en plumaje nupcial, pero mejor todavía 2 machos de Pinzón Real, magníficos en su plumaje nupcial. Y por último, una especie que ni siquiera figuraba en mi lista de ‘posibles aves’, un Phylloscopus que salió de una masa de vegetación, casi vuela entre mis piernas y me ofrece unas vistas incomparables durante minutos y que no dejan dudas a su identificación : un Mosquitero Boreal -la última especie nueva de la semana-.

Epilógo
Y aquí termina mi viaje. Mil gracias a todos los que me escribieron durante y despues, mis amigos del Guadalhorce, a Paco Chiclana con los nombres en castellano, a Jorge Garzón para animarme a escribir todo.

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